Ucrania utilizó por primera vez los misiles británicos de largo alcance Storm Shadow, atacando objetivos estratégicos en Rusia, un movimiento que marca un hito en la guerra y provoca tensiones internacionales.
El ejército ucraniano empleó los avanzados misiles Storm Shadow, proporcionados por el Reino Unido, en un ataque sobre instalaciones estratégicas en suelo ruso. Este armamento, capaz de alcanzar hasta 250 kilómetros, representa un salto en la capacidad militar de Ucrania, permitiéndole atacar más allá de las líneas de batalla habituales. Según informes preliminares, los objetivos incluyeron infraestructuras logísticas clave, lo que podría impactar las operaciones militares rusas.
El lanzamiento de los Storm Shadow llega en un momento crítico, en medio de renovadas tensiones y ataques en ambos lados del conflicto. Fuentes ucranianas destacan que esta acción busca equilibrar la balanza frente a los ataques rusos sostenidos y su uso intensivo de misiles de largo alcance.
Además, la embajada de Estados Unidos en Kiev emitió alertas ante posibles represalias rusas tras este ataque, subrayando la creciente escalada en el conflicto. Esta acción también refuerza la colaboración militar entre Ucrania y sus aliados occidentales, quienes han intensificado el suministro de armamento avanzado como parte de su apoyo a Kiev.
El uso de los misiles Storm Shadow podría redefinir las estrategias en la guerra entre Ucrania y Rusia, incrementando tanto las capacidades ucranianas como la presión sobre Moscú. Sin embargo, esta acción también conlleva riesgos significativos de una mayor escalada en el conflicto.